Mostrando entradas con la etiqueta Bicentenario. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Bicentenario. Mostrar todas las entradas

viernes, 30 de julio de 2010

253- Voces del Bicentenario


Con el deseo de que el quinto puesto en el Mundial de Fútbol no nos haga apagar tan rápido las voces de nuestros artistas, que van más allá de cualquier bandería…
“Pasan los años,
pasan los gobiernos,
los radicales y los peronistas,
pasan
veranos,
pasan inviernos,
quedan los
artistas.”

Hace ya dos meses de la celebración del Bicentenario, con el gentío volcado en las calles en forma nunca vista. Y cuando hacemos balance de esa fiesta tan hermosa que nos hermanó sin distinciones es difícil decidir qué vivencias dejaron impronta en nuestro espíritu. Pero si me preguntan, diré, sin ser muy original y parafraseando a Pinti: “quedan los artistas”.

“Pasan las crisis y pasan las guerras,
pasa la prensa sensacionalista,
las prohibiciones,
las listas negras,
quedan los artistas.”

¡Sí! El Bicentenario permitió que muchos talentosos creadores se expresaran para honrar a nuestra
patria. ¿Quién se animará a decir que no fueron artistas quienes diseñaron los diversos
escenarios, los stands del paseo? ¿Quién negará a los pintores argentinos que encontraron un lugar en los pórticos de acceso a los festejos como, por ejemplo, el controvertido León Ferrari o Graciela Sacco?

“Pasa la belleza y la juventud
los optimistas y los pesimistas,
pasan las pestes,
pasa la salud,
quedan los artistas.”

¿Y qué otra cosa que artistas de la cocina fueron todos los que nos deleitaron con sus comidas a lo largo del Paseo del Bicentenario con sabores de España, Italia, Rusia, Japón, Israel y Bolivia, entre otros o los representantes de las diversas colectividades, con sus bellos trajes regionales,
recordando nuestra Constitución en la frase que nos honra: “para todos los hombres de buena voluntad que quieran habitar el suelo argentino“?

“Pasan los mecenas,
pasan los censores,
pasan hipócritas y moralistas,
tiempos peores y tiempos mejores,
quedan los artistas.”

Artistas fueron los que prepararon las proyecciones en 3D sobre el Teatro Colón y el Cabildo y quienes desde la danza clásica y el “bel canto” deslumbraron a los concurrentes a la fiesta de la Ciudad de Buenos Aires, en esa joya arquitectónica de los porteños que nada tiene que envidiarle a la Ópera de París o a la Scalla de Milán.

Quién sabría algo de Grecia y sucivilización.
Si no fuera por Homero y por ese Partenón,
Roma sigue siendo Roma aunque la quemó Nerón,
no habrá censura que pueda contra el Decamerón.
Hitler ocupó París y mucha gente temblaba
pero no pudo lograr que la Gioconda llorara.
La fuente de Lola Mora sigue tan desfachatada
y ni Franco consiguió que La Maja se tapara.
Por eso no le temo a las pasiones
ni a la vejez ni a los psicoanalistas
ni a los fracasos ni a las frustraciones
porque soy artista.

Artistas. Artistas populares argentinos. Rock nacional, trova, folklore, tango. Tarde a tarde y noche a noche durante toda la semana de celebración. Hubo algún trasnochado que, tratando de denostar el brillo de los actos dijo que la gente, con tal de ver al Chaqueño Palavecino gratis, iría al festival del cangrejo, por ejemplo. Sin embargo, permítanme disentir. Todos y cada uno de los intérpretes que hicieron vibrar a la multitud en cada jornada representaban nuestra esencia, nuestra mismidad. Desde Copani a Fito Páez, de Soledad a Tarragó Ross, del Chaqueño, a la Parodi, Santaolalla, Jaime Torres, Peteco Carbajal, y tantos, tantos otros, con la Negra Sosa sobrevolando indudablemente la escena, ya fuere en vivo o por la tele, nos conmovían y enorgullecían más allá de cualquier postura ideológica, más allá de que su arte fuera gratuito para el pueblo. Eran nuestros artistas que honraban a nuestra tierra como nunca se había visto. ¡Qué orgullo sentimos! ¡Y qué hermandad sin excepciones!

“De veras que no sé si bueno o malo
ni más ni mucho menos que humorista
que ha recibido elogios y algún palo
como todo artista.”

El Desfile del Bicentenario, realizado por el grupo Fue
rza Bruta, fue el corolario. Más artistas para contar nuestra historia, para hacernos reflexionar cuadro a cuadro.
Por todo esto me permito regalarme y regalarles estas palabras mixturadas con el verbo de Pinti honrando a los artistas.
Porque me parece fundamental recordarme y recordar a
mis compatriotas que el vigor, la verdadera fuerza para crecer, para ser mejores, para evolucionar como país, como sociedad, emanará de quienes se sientan artistas en lo suyo y hagan de su vida una verdadera obra de arte.

“Y ustedes al venir me dan más fuerza
no habrá fantasma que se nos resista
ni crisis que nuestra senda tuerza
mientras ustedes cuiden a sus artistas.”

Cati Cobas

La canción es "Los artistas"de Enrique Pinti, escritor y actor argentino

sábado, 22 de mayo de 2010

247- Palpitando el Bicentenario


“Pero me encanta ser argentino,
viviendo en Vigo, Roma o Berlín.
Puedo ser pobre, nunca un mendigo,
soy argentino hasta morir.”

“Argentinos.” Letra y música: Ignacio Copani

La Argentina se prepara con entusiasmo para los festejos del Bicentenario. Como siempre les digo a mis primos españoles, “celebraremos los doscientos años de habernos declarado ¿libres? de ustedes”. A lo que Sebastià, mallorquín a ultranza, responde “de “nosotros” no”. Es que en todas partes…

Una fiebre celeste y blanca cubre el territorio y por doquier se ven brotar escenarios para los festejos. Y una, si bien sabe que de “libres” poco, no puede dejar de sentirse embargada de “argentinidad”, de sentimientos patrióticos porque como va a decir Don Ángel Avakian, en la celebración que haremos en el lugar en que mamá está internada:

"Patria es la tierra donde se ha sufrido,
Patria es la tierra donde se ha soñado,
Patria es la tierra donde se ha luchado,
Patria es la tierra donde se ha vencido."

¡Y miren que los argentinos sabemos de los tres primeros participios! Desde que tengo uso de razón hemos soñado, luchado y sufrido. Falta vencer, pero, ahora que somos un referente para la economía griega, todavía podemos tener alguna esperanza, de modo que nos sentimos con derecho a celebrar, ¡qué tanto!

Así que ahí andamos, con las escarapelas en las solapas; las banderas, en las antenas de los coches; las ciudades, engalanándose; los artistas, afinando voces y todos “abuenados“, como decía Armando, un contratista chaqueño que emulaba a Sócrates y a Platón pero en tono de sapucay. Bueno, todos no… hay algunas chispas entre la Presidenta y el Gobernador de la Ciudad de Buenos Aires por causa de unas acusaciones que el segundo hiciera al ex presidente argentino y esposo de nuestra mandataria, pero prefiero soñar que, por unos días, éstas se apagarán en pos de un bien mayor, que, nobleza obliga, Mauricio pedirá disculpas de formal manera y Cristina las aceptará elegantemente y el día de la inauguración del teatro Colón seremos todos una “familia unita” y nadie “angarrará el mantel por el aire” como decía Don Carmelo Campanelli, en la tele, años ha.

Volviendo a más gratas cuestiones, como siempre, donde más se nota el Bicentenario es en las cocinas. Las fábricas de “tapas” de empanadas y pastelitos no dan abasto y se van palpitando unos asados memorables aunque la carne esté cara. Hasta la peor cocinera está pensando en un locro sencillito o una carbonada de antología, como para festejar los acontecimientos de manera digna y, sobre todo, suculenta, que por aquí comienza el frío y no es cuestión de que nos agarre con la panza haciendo ruido.

La 9 de julio está que estrila desde hace ya varias semanas con la construcción del Paseo del Bicentenario, con los stands correspondientes a las veintitrés provincias y la Ciudad de Buenos Aires, sumados a uno dedicado al “millón y medio de argentinos radicados en el exterior, que tienen su espacio en la denominada "Provincia 25", así como a stands de las colectividades española, italiana y francesa, entre otras, que formaron parte de la fuerte corriente inmigratoria que nutrió al país entre fines del siglo XIX y comienzos del XX.”

Y anoche…anoche comenzamos con una verdadera multitud en un concierto al aire libre que celebraba los cuarenta años del rock nacional, con la presencia de Fito Páez, León Gieco y Luis Alberto Spinetta, entre otros artistas y bandas donde , por descontado, estuvo mi querido Ignacio Copani, cantando como correspondía…

Pero esto recién comienza…

Nos esperan el tango, el folklore nacional, la música latinoamericana y artistas plásticos como Seguí o León Ferrari, para engalanar los pórticos del Paseo.

Y como si todo esto fuera poco, más de dos mil artistas participarán del "Desfile de Mayo", que a través de representaciones teatrales recorrerá los 200 años de historia argentina.

Para el acto central del martes se espera la asistencia de los presidentes de Bolivia, Evo Morales; de Brasil, Luiz Inácio Lula Da Silva; de Chile, Sebastián Piñera; de Ecuador, Rafael Correa; de Paraguay, Fernando Lugo; de Uruguay, José Mújica; y de Venezuela, Hugo Chávez. En cuanto a la ciudad propiamente dicha, se reinaugurará el teatro Colón, comparable a los grandes teatros del mundo, remozado y puesto a punto, con otra fiesta que promete “grandes sorpresas”.

Como verán los lectores, estos próximos cuatro días serán inolvidables.
En cuanto a mi propia vida, he decidido vivir esta celebración con todo. Tener mi Bicentenario propio. Esta tarde nos reencontramos con las chicas de la 17 del 8°, con mis compañeras de primaria, a las que no veo desde el Sesquicentenario, en el que cantamos en el Teatro Colón, precisamente, de la mano de la señorita Russo. Y como si esto fuera poco…

El próximo viernes celebraremos el Bicentenario de la Patria (unida al aniversario de la Independencia de Armenia, de donde vienen muchos de ellos), con los compañeros de mamá. Ya hace un mes que estamos abocados a confeccionar escarapelas, centros de mesa y a organizar un acto…un acto que espero sea maravilloso. Lo haremos a la usanza de los actos que se realizaban en la escuela pública cuando los habitantes de la Casa de Descanso asistían a ella de guardapolvo blanco, guantes y escarapela en aquellos inviernos crudelísimos de comienzos del Siglo XX.

Ahora los dejo…me voy a poner los bigudíes porque quiero que el Bicentenario me encuentre im-pe-ca-ble, como merece. Pronto les regalaré una crónica en la que se enterarán si los sufrimientos sueños y luchas para celebrar a la Patria se concretaron en una victoriosa fiesta de encuentro y orgullo nacional.

Cati Cobas