viernes, 1 de enero de 2010

240-Abrazos de mar desde el cristal- (en honor a Lola Bertrand)

¿Cómo puedo haber comenzado este primer día del 2010 llorando por la muerte de alguien a quien nunca he abrazado?
¿Cómo puedo sentir la pérdida de Lola Bertrand, escritora, compañera y moderadora de los foros Sensibilidades y Iceberg Nocturno, como la de alguien casi de la familia?
Me siento muy triste…Triste. Tristísima. Como todos y cada uno de los que disfrutamos sus historias, sus poemas, su voz en chats inolvidables.

En Holanda, Italia, México, Argentina. En cada rincón de la España que la vio nacer hay un compañero que vive este momento con un hondo dolor pleno, a la vez, de admiración y de respeto.

Porque Dolores Bertrand Mira, “Lola” Bertrand, inundó nuestros corazones con el fuego de sus cabellos y “desde el cristal”, como ella decía, nos hizo conocer su infancia de “Coletas Rojas”, de escuela de monjas y travesuras entre hermanos, su juventud plena de ilusiones y también de penas, sus amores, la ternura que sentía por sus hijos y sus nietos, sus amores y sus ensueños.

Lola, la que bregaba por el cese de la violencia de género, la que divertía con sus historias de vecinos y de hermanas plenas de sincera humanidad, ha muerto.
Ella terminaba siempre sus comentarios a nuestros textos haciéndonos llegar un abrazo de mar desde su Gijón amado y nosotros, aquí, en el Plata o allá, en la helada Deventer, por ejemplo, los recibíamos como un preciado tesoro porque realmente sentíamos que quería abrazarnos y estimularnos generosamente.

Inteligente, lúcida, profundamente humana, apasionada, sincera y muy muy laboriosa fue piedra fundamental de todos y cada uno de los sitios de Literatura virtual en los que participó. Sensibilidades, Letras Libres, Palabras Diversas, Iceberg Nocturno son algunos de ellos.

¡Cuántas veces la leímos enojada por “tener que tirar del carro” cuando los demás foreros aflojábamos en el empeño de escribir sistemáticamente! ¡Cuántas volvimos a leerla a los pocos días, ya pasado el enojo, y su regreso nos hizo volver a sentarnos para transcribir al papel emociones impensadas!

Lola escribía, leía, comentaba y vivía con pasión. Con una enorme pasión por la vida, por la naturaleza, el mar, las flores, su ciudad, por la comida sabrosa así como por el amor en todas sus versiones. Pasión que trasladó a sus escritos, a sus blogs, a la relación que entablaba con los que la íbamos conociendo a puro mouse y teclado.

Es que la fuerza de esta pelirroja enamorada lograba derretir el cristal de la pantalla y la sentíamos viva más allá del ciberespacio.

Tal vez por eso participamos igual de su último camino. Fue tan valiente y tan lúcida que compartió con nosotros su lucha desigual por seguir viva y lo hizo con una altura y una dignidad difíciles de encontrar.
Pocos se hubieran animado a decir: “tengo cáncer” y, lo que es peor: “ya no hay remedio más que resistir todo lo que se pueda”.

A esas palabras, las más difíciles, se atrevió esta asturiana con los que nos honramos en ser sus amigos cibernéticos y todo, los años plenos, así como este último tramo , nos hace calibrar la fortaleza de su temple, la dimensión de su dignidad inclaudicable.

Mañana tendrá lugar su funeral, eso ha dicho Saúl, el menor de sus cinco hijos, pero quienes tuvimos la fortuna de leerla sabemos que Lola continuará entre nosotros en la palabra y en la fuerza de su ejemplo.

No podremos olvidarte, Lola Bertrand. Estoy convencida de que seguirás abrazándonos de mar desde allá donde tu espíritu se encuentre.

Y nosotros trataremos de mantener el calor de ese abrazo al compás de tus palabras que han quedado firmes en todos y cada uno de los sitios en los que has dejado tu generosa entrega.

Cati Cobas

5 comentarios:

Alena.Collar dijo...

Bellísimo homenaje, Cati.
Te agradezco también haber entrado en Alenarte para dejar tu testimonio.
Un abrazo cordial.

CATI COBAS dijo...

Muchísimas gracias, Alena...Un abrazo afectuoso.

Martha Ferrari dijo...

Cati:
Sentido texto y emotivo homenaje a quien dejó por los senderos virtuales, la agudeza de su observación, la bravura de su temperamento y la gracia de su pluma. Todos estamos apenadísimos por este final que tal vez, fue un bálsamo en la dura lucha de los últimos tiempos.
Un beso y gracias por este homenaje.
Martha

CATI COBAS dijo...

Gracias a vos, Martha. Y el mejor recuerdo para Lola...

Anónimo dijo...

precioso texto Cati...Ángeles Cantalapiedra