miércoles, 16 de octubre de 2019

329) Trilogía imperial Segunda Parte: Budapest (Podría vivir allí…)


El regalo- Caticrónicas de viaje
329) Trilogía imperial
Segunda Parte: Budapest
(Podría vivir allí…)

Inés, mi viajada y sampedrina amiga, me hizo dos recomendaciones antes de partir: que no me perdiera el Mercado Central y el Café ídem. Me perdí los dos. Y lo lamento enormemente, a la luz de lo que pude vislumbrar en Internet.

Sin embargo, mi corazón guardará para siempre los gratos momentos vividos en terceto, en esa ciudad que para mí tiene todavía un aire un tanto decadente, que la hace cercana y querible. Ello, sumado a que sus gentes carecen de esa “germanidad” que enfría el trato o pone mucha distancia, aún sin proponérselo.
Llegamos a la ciudad un viernes por la noche. Con Laura y Eduardo ya nos sentíamos cómodos estando juntos y, sobre todo, compinches dispuestos a pasarlo bien. Quizás por eso, Eduardo y yo nos dejamos convencer enseguida con la propuesta de visitar un lugar muy especial, más adecuado para nuestra joven amiga que para nosotros (etariamente hablando).
Y hacia él partimos caminando a lo largo de una avenida que me retrotraía a nuestra Avenida de Mayo, con antiguos y ambiciosos edificios clamando por restauración pero con la dignidad de lo bien construido.
Muy pronto llegamos a destino: el Szimpla Kert, que fue el primero de los “bares en ruinas” (en húngaro“Romkocsmas”)., mezcla entre cafetería, bar con terraza y discoteca, en un edificio abandonado, de la época de la guerra.
¡Tenían que vernos! Realmente, aunque quizás se me veía como una vieja dama indigna, yo me sentía una muchacha feliz, escuchando música y gozando del ambiente, cerveza en mano. Luces, colores, sonidos y muebles vintage eran la escenografía perfecta…Hasta que un joven inglés me ofreció…¡asiento! Ofendidísima, le respondí que era “an old crazy lady”, que permanecería de pie, lo que motivó risas generalizadas y la invitación del joven y su esposa a compartir mesa con nosotros.
Con mis compañeros de aventuras nos seguimos encontrando, a veces, en Buenos Aires y los tres coincidimos en que esa conversación, en inglés argentinizado, con los jóvenes británicos, padres de tres hijos, que estaban viviendo una escapada romántica en la capital húngara, fue uno de los mejores recuerdos. Magia de sentirse libres y disfrutar a pleno un delicioso encuentro impensado. Es más: nadie quería irse pero nos esperaba otro día de esos demasiado activos, por denominarlos de algún modo.
El día siguiente no tuvo desperdicio. Aunque el paseo por la ciudad no nos permitió recorrer el mercado, ya que el sábado por la tarde y el domingo permanece cerrado, la mañana transcurrió muy bendecida y aristocrática. Oscilamos entre San Esteban y San Matías, hechos estatuas e iglesias góticas, desayunamos en la confitería favorita de Sissi y recorrimos todos los sitios “que hay que ver” en Buda para después cruzar el Puente de las Cadenas y recorrer algo de Pest, al otro lado del Danubio.
Lo mejor fue, sin dudas, el chaparrón que nos corrió en el puente. Risas a más no poder hasta guarecernos bajo los arcos y almorzar en un pequeño y delicioso restaurante al aire libre.
El viaje estaba llegando a su fin. Quizás por eso el recuerdo de ese mediodía a orillas del Danubio, envuelta en una cristalina atmósfera después de la lluvia, me resulta encantador. Porque tuve, por un momento, la sensación de acaparar la vida. Sentí que realmente cada minuto era un regalo que compensaba muchas luchas y muchos esfuerzos realizados durante muchos años sin casi darme cuenta de ello. Quizás, si Laura o Eduardo, leen estas líneas, dirán que no era para tanto, o piensen que esta servidora se había pasado con el lúpulo, pero habrá quienes, al leerme, comprendan, acompañen y se alegren.
Y eso basta.
La noche, de luna llena, en un barquito, contemplando el Castillo y el Parlamento iluminados fueron el corolario más perfecto que pudiera desear.
Viviría en Budapest, estoy segura… y así podría visitar las recomendaciones de Inés una y mil veces.
Cati Cobas



2 comentarios:

Unknown dijo...

Excelente Cati!!! Merecias eso y mucho mas!!!

CATI COBAS dijo...

Muchas gracias!!!