viernes, 6 de septiembre de 2013

295- Generala Doble (Comentario sobre “Venimos de muy lejos”, la película de Ricky Piterbarg sobre el teatro de Catalinas Sur)

Generala Doble
(Comentario sobre “Venimos de muy lejos”, la película de Ricky Piterbarg sobre el teatro de Catalinas Sur)

“...imborrables momentos que siempre
guarda el corazón…”

“Inolvidable”, de Armando Manzanero

El verano de mis quince años quedó entrelazado para siempre con los rincones de La Boca  y de Catalinas Sur. Imposible negarlo.

La vida siguió su curso y San Telmo, Boedo, mi querido Parque Chacabuco y ahora Palermo Soho fueron o son los escenarios de mis días y he disfrutado y disfruto de ellos con la sabiduría de creer que todo tiene su tiempo, como dice la Biblia.

Pero la canción de Manzanero, que preludia esta crónica,  habla con total certeza de lo que sentí el domingo cuando asistí al pre-estreno de la película “Venimos de muy lejos”, en el Cine Club Núcleo.

Verla fue como haber rebobinado la vida. Por partida doble. Comenzando por los barcos y los “tanos” y “gallegos” representados por la gente del Teatro de Catalinas Sur. El Hotel de inmigrantes, el conventillo, las luchas, las ganas de trabajar de los abuelos de todos nosotros.

Y, también, volver a taconear La Vuelta de Rocha, subir al atelier de Quinquela, contemplar la pintura de Mariette Lydis, en la Parroquia Nuestra Señora Madre de los Emigrantes y escuchar el carancanfun de Julio Sosa, que moría en aquel noviembre de ¡1964!
No pude dejar de llorar de emoción ni cinco segundos. Me fui de viaje en los vaporosos volados de la niña de la bicicleta, hilo conductor de esta película. Y me dejé embargar por la fuerza de la gente del barrio ,defendiendo sus sueños entre choriceadas y charlas infinitas.

Hoy, después de varios días, los ecos del ayer y del hoy no me dejan tranquila y han hecho el milagro de que vuelva a escribir después de tantos meses de silencio. He sacado generala doble.

“Venimos de muy lejos” tiene magia. Les ruego que la vean, Es imposible no reconocerse en sus personajes y en su gente buena. Les ruego que la vean.

Y, también, que se den permiso para recibir en ella la nueva inmigración (la de la buena gente) con la mirada pura con la que se nos muestra.

¡Ojalá me hagan caso!

Una Cati quinceañera, renacida entre las calles de Catalinas, detrás de la cámara de Riky Piterbarg, se los recomienda.


Cati Cobas

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Cati, qué baño hermoso de nostalgia. Me encantaría ver esa película. Ojalá la exporten! Me gustó mucho tu crónica. Un beso Myriam

CATI COBAS dijo...

Gracias, Miri!!! Ojalá la exporten...te encantaría...Besos. Me voy a trabajar

Anónimo dijo...

Gracias por tú consejo, espero poder verla pronto

RosaMaría dijo...

Hoola Caci... Qué alegría contagiosa! Me emociono también al leerte pues lo transmites con toda pasión y mucho romanticismo. Besos grandotes... ya ves cada tanto vuelvo por aquí.

CATI COBAS dijo...

Gracias, Rosa María, por ser una lectora tan fiel. Te mando un abrazo enorme...