jueves, 8 de julio de 2010

252- ...¡Y el pulpo resultó gallego!



La televisión argentina nos ha torturado durante este mes del mundial con las predicciones acuáticas de Paul, según las agencias, un octópodo inglés naturalizado alemán, que en el acuario Seelife, de Oberhausen, Alemania, vaticinaba el resultado de los partidos comiendo la ostra del recipiente correspondiente al equipo ganador. O sea que elegía, estómago mediante, quién vencería en cada cotejo. Y hasta el partido con Argentina inclusive, el pulpo daba como vencedora a Alemania, su patria de adopción, sin errar jamás.

Este hecho tan singular de atribuir cualidades adivinatorias al pulpo y que, para colmo, el mismo acertara sus predicciones, convertía al molusco cefalópodo en el primer oráculo de este tenor con ciento por ciento de aciertos.

En Argentina lo odiamos. Cuando se iban produciendo los goles teutones todos teníamos ganas de correr a buscar el pimentón para devorarnos al octópodo rey del acertijo futbolero, aunque también hubo quien propusiera capturarlo para ganar al Prode. Estuvo el que sugirió que los alemanes ponían la ostra más apetecible del lado de su bandera, lo que, a la luz de los acontecimientos subsiguientes, ha quedado desmentido ya que, hasta que su país de adopción nos venciera, impidiéndonos llegar a cuartos de final, el animalito elegía siempre la ostra de Alemania. Pero - y esto sí que fue difícil de digerir- para el cotejo de ayer se inclinó por la roja y gualda…¡Y ganó España!

Este nuevo éxito del bicho me lleva a elaborar una teoría diferente sobre el mismo.

Si ahora, puesto a decidir entre Holanda y España, el pulpo en cuestión deja de lado a los naranjas y se come la ostra de los ibéricos no cabrá duda de que se trata de un pulpo gallego, bien cantábrico, que por alguna razón apareció en Inglaterra y fue trasvasado a Alemania, pero que fue comiendo, una a una, las ostras destinadas al triunfo de su país de nacimiento, haciéndonos perder por lo tanto la posibilidad de ver a Maradona desnudito en la Plaza de la República y de festejar por todo lo alto el triunfo albiceleste.

Mi teoría sobre la verdadera nacionalidad de Paul se confirmará el domingo.

Si ese día señalado Doña Leticia se fotografía junto al pulpo mientras Máxima procura que lo arrojen a una cazuela, el mundo entero sabrá la verdad. Pablito, el "gallego", que no Paul, "el teutón", es el verdadero nombre del oráculo marino al que los argentinos recodaremos siempre con tristeza.

Cati Cobas

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