*“Cerca, Rosario siempre estuvo cerca
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y esto es verdad”
Tema de Piluso (Letra y Música Fito Páez)
Que no se me ofenda mi querida Mar del Plata pero desde hace un tiempito deberá compartir con Rosario los amores de esta servidora en cuanto a ciudades argentinas favoritas fuera de esta Buenos Aires que es, definitivamente, mi ciudad.
Cuna de la Bandera, Capital de los cereales, la Chicago argentina, la Barcelona argentina, Cuna de Rebeldes, son algunas de las denominaciones que Rosario ha obtenido por derecho.
Es que en ella, a comienzos del siglo XIX, el General Manuel Belgrano enarboló por primera vez nuestra hermosa bandera celeste y blanca. Luego, Rosario creció, convirtiéndose en el primer puerto cerealero del país y fue base de los movimientos anarquistas de comienzos de siglo, para convertirse, como la Ciudad Condal, en uno de los principales bastiones de desarrollo económico y cultural a comienzos del Siglo XX. También Rosario fue el lugar donde naciera el “Gran rebelde”, Ernesto “Che Guevara”. Pareciera
un lugar destinado a destacarse, no podrán los lectores desmentirme, ¿verdad?
Y como si esto fuera poco se la llama también “Ciudad del Amigo” y es uno de los lugares donde más se festeja el día homónimo.
Bah, que con tantos apelativos, una ya llega a Rosario con la sensación de que se va a encontrar con un sitio muy especial. Y así es, Mercedes y yo nos sentimos muy rápidamente “rosarigasinas” (palabra propia del “gasó” -argot característico de Rosario- popularizado por el actor Alberto Olmedo, rosarino de ley como Fontanarrosa y Fito Páez, entre tantos).
Es que es una ciudad que sabe mirar ese río Paraná al que se vuelcan sus barrancas y que crece a pasos agigantados pero conserva una esencia pueblerina que enamora. Nos encantó caminar por la peatonal, con sus edificios tradicionales tan prolijamente conservados, recorrer el Parque Independencia en el que Meche recuperó una parte de su infancia entre patos y palomas y recalar en el magnífico Monumento a la Bandera, obra del Arquitecto Guido, como corresponde a cualquier turista que se precie.
Nos encantó, por fin, recuperar la complicidad de madre e hija después de la pena de haber despedido juntas a mamá y sentirnos unidas como hacía mucho no lo hacíamos
.
Bien es cierto que el fin de semana tuvo también algunos inconvenientes, como el momento en que, con cuarenta grados, decidimos probar el sauna del hotel y, de pronto, nos dimos cuenta de que la puerta había quedado trabada o aquel otro, en que probamos suerte en el gigantesco casino recién
estrenado. ¡Mejor no haberlo hecho! De él salimos las dos convencidas de que este 2012 seremos afortunadísimas en amores, mis queridos lectores.
Pero, más allá de estas contingencias, el saldo de la experiencia rosarina nos dejó un sabor tan agradable que no tardaremos en volver, confirmando como Fito Páez que ésta, la tercera ciudad en importancia en Argentina, está cada día más cerca…
Cati Cobas
5 comentarios:
Como siempre, querida Cati, es un verdadero placer conocer tu país de la mano de tan buen hacer literario. (Es como escucharte hablar en persona).
Un abrazo apretadito,
Rosa
Tenía perdidos los caminos internauticos, Ángeles me habló del blog y aquí estoy.
Como siempre, querida Cati, es un verdadero placer conocer tu país de la mano de tan buen hacer literario. Es como escucharte hablar en persona, una delicia.
Un abrazo apretadito,
Rosa
¡Gracias, Rosa!perdón por no haberte agradecido antes. pero recién encuentro los comentarios. otro abrazo para vos...
Muy lindo el post, esta ciudad tambien es mi lugar en el mundo, es una ciudad hermosa llena de monumentos y arquitectura preciosa la verdad que rosario es realmente para mi la mejor ciudad de la Argentina
Con todo lo que amo a Buenos Aires a Mar del Plata reconozco que me siento maravillosamente cuando estoy en Rosario, Mirna. Un abrazo y gracias por el comentario.
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