lunes, 27 de junio de 2016

315: Ensalada de Messis y de Milas (Crónica del día después)


Es lunes. Llueve. Hay viento. Y en un ratito deberé apechugar con un nuevo día, subiendo mis sesenta y seis años de abundante humanidad al colectivo y al subte permaneciendo de pie porque me veo tan joven que no me ceden el asiento, mientras doy gracias a Dios por tener salud, una familia, buenos amigos, a Mila, Salem y un techo y un trabajo.Es lunes. Llueve. Hay viento, y por ahí andan hijos y entenados de casi todos los hiperenriquecidos “servidores públicos” que se sirven a sí mismos. Pero nos devolvieron a Mila.¡Sí! Es lunes. Llueve. Hay viento y salimos segundos en fútbol y Messi renunció. Pero Mila estuvo alojada en la casa de unas ancianas que le dieron calor, cobijo y no aceptaron recompensa.Sana sana colita de rana para el alma. Pero también posibilidad de reflexión. Reflexión que va dedicada especialmente a Mercedes y Fernando, mis hijos.Sí, chicos, a ustedes. Que se ponen tristes cuando la vida les dice no o cuando tienen que seguir luchando por conseguir sus sueños. La vida es salir segundo muchas veces, y tercero y cuarto sin perder más que por un ratito la esperanza y la sonrisa. Diciéndose: mañana puede ser mejor. Y a pesar de todo mientras hay vida, siempre hay revancha y esperanza.Lo que pasó anoche es simplemente la vida. Saber que si Messi puede errar un penal y Pampita (modelo argentina hermosísima) puede tener cuernos y Maradona puede ser un el Diez (que no el Dios) y a la vez un hombre con dificultades inmensas en sus vínculos, nosotros, mortales como todos, podemos equivocarnos, caer y levantarnos sin perder un ápice de nuestra dignidad humana y ¿por qué no? Nuestra sonrisa.Lo que pasó es, simplemente la vida. Esta semana ustedes, mis hijos, que discuten hasta por la temperatura del agua para el baño, recorrieron juntos el barrio y mucho más buscando a Mila. Fernando: llevaste a Mercedes en tu moto y le tuviste paciencia mientras tu hermana quería arrancar un Wiemaraner macho de las manos de su dueña en una veterinaria de Floresta sin darse cuenta de que no era nuestra pichicha perdida. ( Y ella te abrazó muy fuerte cuando se reencontraron con la perrita y cuando se subió a tu moto confortada con tu contención y tu cuidado de hermano). Mientras tanto, por ahí andan hijos y entenados de casi todos los hiperenriquecidos “servidores públicos” que se sirven a sí mismos contando billetes, tirando bolsos, sacando cuentas raras en lejanos países. Y Messi erra un penal y renuncia a la Selección Nacional y otros hijos y entenados a nivel mundial hacen papelones manchando la pelota.Lo que pasó es simplemente la vida. Mientras la “China” ponía al borde del colapso a la más linda hace unos días, haciéndonos pensar que no siempre basta con ser linda, dos viejitas le daban cien pesos a Mercedes porque no había llevado tanto dinero encima para volver a casa con Mila en un taxi.Es lunes. Llueve y Messi erró un penal anoche. Y salimos segundos pero no somos de ninguna manera fracasados. Los hijos y entenados siguen por ahí portándose muy mal.Pero Mila está en casa gracias a Dios y a la bondad humana. Y resopla a mi lado mientras lame sus patas casi sanadas. Y mis hijos son más hermanos que antes. Y por dos horas, penando con la Selección, los argentinos nos olvidamos de las grietas para sentirnos tan hermanos como Meche y Fer subidos a la moto en pos de Mila. “Y eso es lo principal”, como diría Doña Juana, la abuela paterna de mis hijos, una “tana” acostumbrada a perder finales muchas veces pero a seguir apechugando hasta el final.

#la vida continúa y #que Messi no renuncie a la Selección ArgentinaCati Cobas

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