La palabra y los
sampedrinos son los responsables de que, conspicua sexalescente asumida, me sienta
más viva y más feliz que cuando tenía veinticinco abriles, los que, demás está
decir, no volverán (tango dixit).
La palabra y los libros.
Comenzando (hay que ser agradecidos) por Jorge Sagrera (escritor sampedrino, de
raíces mallorquinas) y sus alumnos, en los “Encuentros de Literatura Catalana”,
que por aquellos días de 2010 se
celebraban regularmente.
Él me abrió la puerta y
la palabra hizo el resto.
Nunca olvidaré el 25 de
mayo de 2012, cuando Jorge y Juan Manuel Gomila, presentaron mis historias de
inmigración noveladas, en la Agrupación Mallorca de San Pedro. Con una
organización impecable, que incluía una exposición de fotos antiguas,
inspirada en la portada de mis “Dos orillas para una crónica” y el Ensamble
Mallorca en un concierto delicioso.
Ahí comencé a conocer a
los sampedrinos mallorquines. A conocerlos, valorarlos y definitivamente a
quererlos. Porque aman los libros como yo y, además de cultivar la palabra, son
gente de ídem, tan difícil de encontrar en este tiempo. Cálidos, considerados, trabajadores
y honestos, hacen honor a la mixtura argentino-balear de una manera envidiable.
Así, poco a poco, entre almuerzos
y celebraciones, sueños y proyectos, nos fuimos haciendo amigos. Y cada
encuentro hizo más fecunda esa amistad. Hasta hacerme sentir con su cariño y
hospitalidad absolutamente “en casa”.
No podría nombrarlos uno
a uno. Los quiero a todos. Jóvenes y no tanto. Incluido por supuesto, Felipe,
el pequeño gran plus de la Agrupación. (Y conste que no digo “a todas” para no
herir susceptibilidades) pero las “todas” son muy importantes. Allí encontré
tantas amables coetáneas, que hemos podido integrar el ¡Club de Admiradoras de
Los Gavilanes de España!
Entre las “todas”, Inés Corda Ruozi de Ginard,
de la Sociedad Italiana, sumada a la gente que la acompaña, pergeñaron, en
octubre del 2014, un hecho sin precedentes, que hizo de San Pedro un lugar
único: La Feria del Libro y Escritor Sampedrino.
¡Menuda pretensión y
osadía! ¿Verdad? Todo un fin de semana dedicado por completo a la palabra y al
libro. Y lo más increíble fue que se constituyó en todo un éxito. Las
diferentes comunidades de la localidad dijeron presente. Librerías, editores y
autores. Homenajes. Música. Danza. Una maravilla. Y Abelardo Castillo,
conspicuo sampedrino, sobrevolando el salón.
El 2015 volvió a albergar
una nueva osadía. Y nuevamente fue exitosa.
Pero esta vez la palabra
me regaló un extra: ¡Pude vestir por primera vez el traje de payesa
mallorquina! ¡Y acompañada por un gaucho de primera! Es que con Juan Manuel
decidimos unir las “Dos Orillas” en una charla sobre las glosas mallorquinas y
la payada, que nos hizo más felices a nosotros que al sufrido y numeroso auditorio…
Ya sueño con la Feria
2016. No sé todavía de qué irá la cosa, pero soñar es el primer paso para
construir. Así que, definitivamente, quiero decir: San Pedro: si Dios nos da
vida, allí estaremos, gracias a la magia de la palabra y la amistad.
Cati
Cobas
Muy lindo Cati todo lo que decís sobre ese grupo que se nota que te cautivó. Me alegro! Te mando un beso y abrazo.
ResponderEliminarMuy bonita reflexión ,amiga Cati.Seguro que el año próximo será tan emocionante como este o mucho más ya tienes la experiencia. Besos,
ResponderEliminarde tu amiga
Catalina Torres
Muchas gracias, Ángela y Catalina. Es muy lindo saber que nos leen...
ResponderEliminar