La casa, llena de vida, abrió sus puertas. María Antonia Bonet, amiga, cantante y mallorquina, su guitarra y yo nos sentíamos profanando sus secretos al trasponer el umbral. Nos preguntábamos por qué Antonio Más, amigo, secretario de la Federación de Sociedades Españolas y mallorquín, que nos había convocado, aún no se encontraba ahí para allanarnos el camino.
Francisca Simo nos recibió con amabilidad y cortesía. Es una mujer a la que mi madre y mi abuela describirían como “molt curiosa”, que en mallorquín significa “más que prolija”. Delicada, elegante y cálida a la vez, nos acogió como una verdadera “madona” mallorquina, llena de señorío natural. En pocos minutos presentaría su libro de memorias “Simplemente, Francisca”. Con María Antonia dejamos de sentirnos, a partir de la sonrisa de la flamante escritora, profanadoras de casas y vidas para ocupar un lugar de honor a la vera de Madò Fancisca, su hija Victoria, que haría las presentaciones, y Andrea Estrada, una mujer de letras muy importante, que, como amiga de una de sus hijas y de la casa, había colaborado para que las memorias de esta mujer tan especial tomaran forma literaria (muy eficazmente, por cierto, puedo decirlo porque anoche devoré las historias con fruición).
El living de esa hermosa casona, típica de Belgrano, estaba colmado de gente dispuesta a honrar a la mujer que había decidido compartir su vida con sincera humildad, no exenta de humor a pesar de “todo”. Su familia mostraba, sin decirlo, gratitud y amor más que incondicionales. Todo hablaba de eso: las flores, la foto de una Francisca joven ataviada a la usanza mallorquina, con una belleza sencilla pero llena de elegancia, la gracia de las palabras de sus hijas, los fragmentos del libro escogidos con esmero y marcados primorosamente en uno de los ejemplares. Hasta los señaladores tejidos por la autora, unas rosas de crochet con los colores de la bandera española, que rememoraban las manos mallorquinas que siempre tienen que tener una labor en ellas, aun en los momentos de descanso.
Llegó Antonio, y comenzó la presentación con palabras, lecturas, emoción genuina y con música. Porque la magia de la música nos hermanó a todos los presentes. ¡Qué bendición la de María Antonia, dueña de ella! Francisca cantó, comenzando por “ses ninetes quant son petitetes…” tradicional canción infantil de las islas y luego todos los presentes hilamos felices predicciones junto a La Balanguera, en un instante absolutamente mágico, para llorar, por fin, emociones inmigrantes con “Me anire de casa”, que nunca había escuchado con emoción tan profunda como ayer en la voz de mi amiga mallorquina.
Francisca ha podido confesarnos en papel que ha vivido. Que es una mujer valiente, llena de fe, que ha criado bien a sus seis hijos y agradece a Argentina el permitírselo. También nos ha dicho que al emigrar se paga un precio muy alto en añoranzas, en morriñas, en saudades. Ahora, rodeada de su familia, llena de gracia, nos ha regalado a todos lo mejor de ella.
Y mis amigos mallorquines y yo le quedaremos por siempre agradecidos por habernos permitido compartir la tarde de ayer,con música y amores, para comprender que a veces, como en el caso de Madò Francisca, la Vida devuelve lo sembrado. Aunque haya tenido que horadarse la piedra tantas veces como insta a hacer el suelo difícil de la querida Roqueta.
Cati Cobas
Gracias, Caty por tu acertada y generosa crónica. Gracias también por engalanar la reunión con tu presencia. Prometo leer tu obra y hacerte los comentarios pertinentes, claro, cuando Paca me la preste, según lo prometido.
ResponderEliminarCariños.
Andrea
Qué relato emocionante y lleno de cariño. Imagino el valor de esa mujer, su empuje y también la entereza y alegría con la que salió adelante más el ejemplo de amor y trabajo legado a sus hijas. Hermoso, gracias por compartirlo. Abrazo.
ResponderEliminarMuchas gracias, Andrea. para mí fue un honor...
ResponderEliminarGracias a vos, Rosa María, por leerlo y comentarlo.
ResponderEliminarLa gracia y frescura de tus palabras se van hilando y entrecruzando de una forma tan suave, limpia y emotiva!!!!
ResponderEliminarGracias por documentar ese momento tan intenso.
Gracias por tu amistad!!!!
Muchas gracias, María Antonia Bonet Coll!!! Lo mismo digo...
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